La fibra es una variedad de sustancias: polisacáridos de origen vegetal que, aunque no son digeridos por el cuerpo humano, tienen un efecto positivo en la condición del tracto digestivo.
La fibra reduce la absorción de colesterol y triglicéridos, disminuye la glucosa en sangre y reduce la sensación de hambre porque se hincha en el estómago. La fibra también apoya la peristalsis intestinal y previene el estreñimiento.
Las fuentes de fibra son los productos de cereales: salvado, cereales, muesli, pan integral, verduras, frutas. Además de la fibra dietética, puede complementarla como un polvo soluble en líquidos como agua, jugos e incluso sopas.

La suplementación con fibra dietética se recomienda para personas cuyo estado de salud requiere una cantidad suficiente de fibra en su dieta, lo que no siempre es fácil debido al estilo de vida.
¿Qué otros beneficios tiene la fibra para la salud?
Los alimentos con fibra absorben el exceso de agua y, al mismo tiempo, producen moco, lo que permite una limpieza eficaz de las heces de los intestinos.
Así mismo, actúan como un laxante suave, no deshidratando el organismo, pero regulando la absorción de nutrientes de los alimentos digeridos, facilitando también el proceso de eliminación de toxinas del organismo.
La fibra vital apoya el proceso de adelgazamiento, ya que se hincha en el estómago y deja una sensación de saciedad que suprime el apetito por picar entre horas.
La ingesta de fibra vital mejora la digestión y también mejora el bienestar: reduce la somnolencia, la fatiga y la apatía, a menudo causadas por un mal funcionamiento del sistema digestivo.
Al mejorar el funcionamiento de los procesos digestivos y regular la presión arterial, se reduce el riesgo de cáncer y enfermedades cardíacas.
Así mismo, en una dieta alta en fibra, se recomienda ingerir un mínimo de 2 litros al día para mantener el tracto digestivo funcionando de manera eficiente y para eliminar el exceso de agua y toxinas del cuerpo.
